Todos los días a las 9 en La Habana dan un cañonazo para anunciar la hora.
Va una señora con su nieto y se tira un pedo ¡PRAAAA!
Le dice el nieto:
―¿Abuela qué fue eso?
―Ay, el cañonazo de las 9.
Dice un borracho más atrás con acento cubano.
―Doña, ponga e' culo en hora son las 8 y media.